Fuera DE Los Focos
Tras más de 3 años sin apuntarse a un ultratrail, el estadounidense nos cuenta cómo intenta olvidarse de las lesiones añadiendo nuevas experiencias a su vida como el esquí de montaña. A partir del caso de Kilian, también reflexiona sobre la exposición mediática.
Jorge Millaruelo - @jmillaruelo / carreraspormontana.com
- Viernes, 20 de Abril de 2018 - Actualizado a las 11:31h.
Su pecho descubierto, su melena rubia al viento y su filosofía minimalista le colocaron como uno de los emblemas del trail running mundial a primeros de los 2000. Pero no solo por su estilizada figura con tintes hippys y por su sorprendente personalidad destacó Anton Krupicka. Sus victorias en algunas de las carreras de 100 millas más prestigiosas de EE.UU o los segundos puestos en Western States y Cavalls del Vent -antigua Ultra Pirineu- le catalogaban como el ultrarunner perfecto: rápido, resistente y mimetizado con el medio.
Tras dos décadas corriendo y una decena en la ultradistancia, las lesiones obstaculizaron su carrera y le obligaron a despedirse de la alta competición en 2015, tras una sexta posición en Transgrancanaria. El de Nebraska ha ido empalmando dolencias que no le han permitido volver a ser el que era, pero ha sabido reformularse y descubrir nuevas maneras de disfrutar de la montaña: escalando, a lomos de su bicicleta o, especialmente, sobre los esquís de montaña. Nos lo cuenta.
Hace mucho que no te vemos en las grandes citas del ultratrail. ¿Cuál es el motivo? ¿Te cansaste de correr?
Es simplemente porque he estado constantemente lesionado. Me encanta correr, pero siempre estoy magullado. Si me hubiera recuperado por completo, estaría compitiendo.
¿Se vive mejor alejado de los focos?
No creo que nadie viva bien siendo el centro de atención, aunque tal vez a algunas personas les guste. Para mí, es agradable poder inspirar a algunas personas, pero requiere mucha energía. Prefiero entrenar solo o simplemente pasar tiempo con mis amigos, no siempre estar de cara al público.
¿Te gustaría volver a las carreras más importantes? ¿Con cuáles sigues soñando?
¡Por supuesto! Hardrock y UTMB son las carreras que más me gustaría volver a hacer. Pero, ambas requieren haber hecho otras de antemano. Por ejemplo, si estuviera bien este verano, me encantaría ir a Lavaredo y Leadville, pero eso parece muy poco probable visto como está mi tendón de Aquiles.
En tu opinión, ¿cuál es el mejor ultra del mundo?
No creo que haya un ultra mejor que otros, cualquiera puede ser el mejor si te exige cavar profundo, esforzarte y crecer como persona. Los ultras son solo escenarios para desafiarse a uno mismo con pocas consecuencias, porque hay una organización y un sistema de apoyo.
En los últimos años has descubierto skimo. ¿Qué te atrae de este deporte?
Lo amo, es físicamente exigente y altamente técnico. Y las habilidades requeridas en las carreras son muy traducibles al verdadero esquí de montaña durante la primavera. Ojalá lo hubiera encontrado hace 10 años. Como soy muy nuevo en esto, siempre estoy aprendiendo, y ese es un lugar muy gratificante para estar.
En la nieve, ¿la conexión con la naturaleza es aún mayor?
Me encanta la nieve, pero no es mejor ni peor que en verano, simplemente diferente.
¿Qué te da el esquí de montaña?
La capacidad de ponerme en forma sin golpear mi cuerpo y la oportunidad de desafiarme a mí mismo de una nueva manera, lo que me obliga a aprender muchas cosas nuevas. También me da la capacidad de visitar las altas montañas en condiciones invernales.
Te vimos competir recientemente en la Sellaronda Skimarathon, donde fuisteis segundos en la clasificación mixta con Martina Valmassoi. ¿Te gustaría participar en la Copa del Mundo?
Dudo que lo haga alguna vez porque las carreras son demasiado cortas para que sea competitivo. Por supuesto, un día me encantaría competir en la Pierra Menta, sin duda, y también en algunas de las clásicas de la primavera como el Tour du Rutor, Mezzalama o Patrouille des Glaciers.
Imagino que has seguido el proyecto Summits Of My Life de Kilian Jornet. ¿Qué piensas de su reto en el Everest?
Fue una exhibición impresionante de lo que los humanos son capaces de hacer en altitud, al hacer cima dos veces en la misma semana en un solo intento y sin oxígeno cada vez. Parece que ahora otros objetivos muy interesantes a gran altitud podrían ser posibles para él.
En su última película, Kilian habla sobre los malos sentimientos que tuvo al ver su imagen convertida en mito. ¿Te identificas con él?
No soy tan famoso como Kilian, pero entiendo de que él habla. Nosotros solo queremos ir a las montañas de la manera que deseamos hacerlo. Todo el mundo quiere ser entendido, por lo que puede ser alienante verte retratado en los medio de una forma que no reconoces como verdadera.
¿Sigue siendo el deporte tu sustento principal? ¿Cómo es ahora tu rutina?
Soy embajador de varias marcas, por lo que mi día es una mezcla de largas horas de entrenamiento en la montaña con otras tantas para de trabajo para ellas, entre las que se incluye responder a correos como estos.
Hace seis años nos comentabas en otra entrevista que no tenías casa propia, ni siquiera tarjeta de crédito. ¿Continúas de esta manera?
Sí, vivo de alquiler en un departamento en Boulder (Colorado) y no tengo una tarjeta de crédito. Pienso que las deudas nos convierten en esclavos.