ramoneando

Estados mentales innecesarios

Con Nelson Romeira íbamos juntos al cole en la primaria. Era/es un tipo encantador. Realmente entrañable: ¿cómo decirle con otras palabras más de todos los días? La rae diría Íntimo, muy afectuoso. También sería cálido, agradable, para el recuerdo, para saudade.

Ya adultos, y cuando yo estaba sin trabajo estable, me encuentro a Nelson en la calle y charlamos algunos minutos. Por casualidad yo sabía que había jugado en las inferiores de Talleres y le pregunto cómo anda en general y me dice que bien, que tenía un remis o taxi y necesitaba alguien de confianza que lo maneje. Creo que me sugerí y la oportunidad quedó en suspenso en el aire pero siempre me despedí de él con grata memoria.

Dos anécdotas de niñez.

  1. Me cuenta que otra nena del barrio le escribía cartas de amor.
  2. Se sentaba en el colegio en el banco de adelante y tenía por costumbre darse vuelta para charlar. Lo que para mí era una impresión que era Todo el tiempo, más de lo deseable. Simplemente porque yo todavía no había aprendido en esa época a sentirme cómodo con los valores de la compañía humana y la conversación. // Dado el escenario me puse en contra: hoy me río y me reconozco errado. Armé una mini-medianera entre su banco y el mío. Puse la cartuchera abierta en forma de pc portátil y en la punta donde iría la cámara coloqué un compás con la punta hacia su lado. (Yo le había avisado que no me gustaba que siempre pasara el codo y en muchas eventualidades se desparramaran mis lápices de colores que yo usaba para dibujar muy enmimismado).

Y pensar que esto le hacía a la gente que me caía bien. No tengo memoria de que demasiada gente me cayera mal, por suerte para mí y otros.


Me acordé de Nelson estos días porque tuve episodios de taxi que casi me atropellan con público y pensé en la amenaza que muchos peatones sienten en esa interacción, o más bien coacción.

  1. Cruzo la calle acelerando el paso y el taxi hace lo mismo casi rozando mi pierna de atrás. Miro en dirección al conductor y levanto las manos con ambas palmas hacia arriba. Un pibe en skate dice "son así". Y yo respondo "¿Qué necesidad?"
  2. Cruzo la calle caminando en una avenida más ancha y el taxi que venía como a 30 mts acelera y cambia su trayecto recto y hace una diagonal hacia el lado que voy yo que es ya casi llegando a la vereda contraria, también haciendo un trote corto.