El guaso se estaba re mil cagando encima1. Esto pasaba en el medio de la carrera y el tipo era uno de los top ten de los grandes corredores a pie en la historia2. Y lo que puede parecer algo anecdótico o excepcional en realidad es producto de algo que le pasa a mucha gente cuando se coloca en situación extrema y hay un elemento de nervios importante en juego. (Ya ví en otras situaciones a grandes deportistas como Lionel Messi vomitando al costado de una cancha.) La panza es un animal medio indomable, casi caprichoso. O más bien puede ser que sea uno de los órganos más sensatos, que dice cuándo basta es basta.
En fin, lo que me llama la atención es esto: el torso es un espacio corporal lleno de músculos y partes controlables/entrenables; pero a su vez, también es residente de las sensaciones más "instintivas", más de lo que son las entrañas, donde pasan cosas que no sabemos siempre lo que son pero cuando algo nos da mala (o buena, pero fuerte) sensación va de ese lado del cuerpo. Pasa cuando estamos enamorados, o enojados.
Una vez leí un titular de diario que decía "Un `segundo cerebro' funciona en la panza y dicen que regula emociones". Y la nota decía algo así sobre el trabajo de Michael Gershon, investigador de la Universidad de Columbia:
conocido técnicamente como sistema nervioso entérico, el segundo cerebro está compuesto por capas de neuronas ubicadas en las paredes del tubo intestinal, influye en nuestro estado de ánimo, carácter y hasta en el ritmo de sueño. [...]
[...] gran parte de la potencia neurológica del segundo cerebro se concentra en la ardua tarea diaria de la digestión.
Todo esto pasó porque el tipo quería consumir la mayor cantidad posible de calorías de una manera que no había probado antes. Y de eso se trata, no solamente de nervios sino que además de todo, el vago es un experimentador voraz.
Con el guaso me refiero a Scott Jurek, y su prueba y error de tomar aceite como combustible es su propio relato como él mismo lo describe en su libro autobiográfico de 2012. Sería suficiente presentación decir que ganó 2 ó 3 Spartatlones seguidas, y que además es vegano hace como veinte años. De mi interés era ver cómo el tipo entrenaba, comía sano y rico, y nada de esto le evitaba una que otra molestia al estómago.↩
Y mencionar el top ten puede sonar como algo medio berreta establecerlo como un tema fijo, pero la idea es que encuestaron gente relevante del medio y había un cierto acuerdo de que había 16 estrellas de todos los tiempos. Algunos son corredores de corta distancia, como Usain el rayo Bolt, y otros menos conocidos para el público general pero relevantísimos para la historia del deporte como Kenenisa Bekele, Jesse Owens y el ganador de todos los tiempos: Emil Zátopek. ↩