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Gabriel Tarde

¿Qué es una sociedad?

Las leyes de la imitación [1903] Capítulo III

¿Qué es una sociedad? En general se ha respondido: un grupo de individuos distintos que se prestan mutuos servicios. De esta definición tan falsa como clara han nacido todas las confusiones tan frecuentemente establecidas entre las supuestas sociedades animales, o la mayoría de ellas, y las únicas verdaderas sociedades, entre las cuales, en cierto sentido, hay también un pequeño número de sociedades animales. 1

Compartir una misma fe o colaborar en un mismo proyecto patriótico, común a todos los asociados y profundamente distinto de sus necesidades particulares y diversas, poco importa si para su satisfacción se ayudan entre sí o no: esta sería la verdadera relación de sociedad. Definición exacta a nuestra entender, pero incompleta, y que entra como un caso particular en una definición más general que intentaremos dar.

Si la relación de miembro a miembro fuera esencialmente un intercambio de servicios, no solo habría que reconocer que las sociedades animales merecen ese nombre, sino incluso que son las sociedades por excelencia. El pastor y el labrador, el cazador y el pescador el panadero y el carnicero, se prestan, sin duda, servicios, pero muchos menos que los que se prestan los diversos sexos de las termitas entre sí. Entre las mismas sociedades animales, las más verdaderas no serían las más elevadas, las de las abejas y las hormigas, los caballos y los castores, sino las inferiores, las de los sifonóforos, por ejemplo, en las que la división del trabajo es llevada al extremo de que unos comen para los otros, que digieren para ellos. no podría concebirse servicio más distinguido.

La sociedad es más bien una mutua determinación de compromisos y consentimientos, de derechos y deberes, que una ayuda mutua. He aquí por qué se establece entre seres semejantes o pocos diferentes unos de otros.

De allí la siguiente definición del grupo social: un conjunto de seres que se imitan entre sí o que, sin imitarse efectivamente, se asemejan, y sus rasgos comunes son copias antiguas de un mismo modelo.


  1. Me apenaría si se viese en estas líneas una crítica implícita a la obra de Espinas sobre las Sociedades animales. La confusión indicada está allí compensada por demasiados puntos de vista exactos y profundos como para que merezca ser señalada.