ramoneando

Reseña de película*

30 y viviendo en casa

el orden del cosmos es perfecto, armónico, tiene sentido aunque no lo conozcamos... pero no por eso la felicidad está tan a mano todo el tiempo. eso piensa el protagonista, quien es divertido por ingenuo, y querible por intenciones puras y buenas (¿acaso no es muy vigente la idea de que estar casado es lo máximo? suscribo y apoyo eso). pero también es una persona vulnerable y omitible porque como le dice su hermano con razón: es un fumanchero que a los 30 vive en la casa de la madre y no trabaja, y el hermano agrega después que envidia su ingenuidad: cómo me gustaría ser tan estúpido como para creer las cosas en las que vos creés.

¿quién lo respetaría? ...le cuesta descfirar la vida misma, pero igual él confía en el destino universal de todo. incluso toma como guía una llamada equivocada para seguir un indicio de lo que él tiene que hacer en su vida, al menos durante ese día. sigue su propia y solitaria lógica de reflexión: ¿y si no existen las llamadas equivocadas? el problema que se plantea es la distancia que hay que atravesar entre una creencia abstracta y cómo leemos y actuamos en la realidad de todos los días. es perderse en los indicios de un bosque imaginario sin ver todos los árboles que tenemos en frente.

jeff no sabe, en apariencia, moverse en el mundo de la mayoría de la gente, no tiene nada que hacer, más que fumar, divagar y estar expectante y pasivo de un supuesto gran momento revelador en el futuro potencial. ni siquiera puede esconderse detrás de un mueble alto de caramelos. sabe que es gigante. y lo dice: ¡soy enorme! es gracioso porque no tanto gente se imagina cómo es ser de tanto tamaño y que eso implique una sitación tan ridícula como esa.

(Nota1. No soy un fan de la sit-com por la que Peter Segel es bastante conocido, pero brilló tanto en esta película y actuación atípica que terminé viendo también su rol como David Foster Wallace -2015- donde también destaca. En un rol más típico pero no menos destacable ver también I Love You, Man -2009-).

(Nota2. Una obsesión y cita repetida es la película Señales (2002), que el personaje central recuerda a cada rato como la base y sintonía de su filosofía de vida. Tan convincente es la idea y la emoción que también recomiendo esa otra película que es excelente y conmovedora. Otros la pueden encontrar ilógica, pero aunque ese no es el punto, una burla también puede ser divertida para variar.)

en realidad esta historia de un día muestra el baile colectivo de una familia adulta de tres integrantes (madre viuda y sus dos hijos) con sus distancias, problemas, charlas, reconciliaciones y aperturas hacia el mundo social más amplio. lista de cosas que pasan: pelearse con el hermano adulto, amigarse y que sea tu guardaespaldas, charlas sensatas en el piso del baño o en el contenedor de la bañera, sorpresas románticas divertidas que cualquiera añora siempre como besarse con amor bajo el agua cayendo.

el final es como haber estado viendo hipnóticamente la inmovilidad de una planta y de repente ver cómo en cámara lenta empieza a florecer. y esto pasa casi al mismo tiempo para varios personajes que de repente se ve cómo muestran tanto lados inesperados a lo largo de un sólo día.

la historia destila energía y desgaste emocional, pero sin cháchara sobre lo que significa eso en una escala de valores artificiales. jeff simplemente dice cansado después de las acciones: "tengo hambre". yo también. me dió plenitud. No me molestaría para nada verla una tercera vez.