ramoneando

naturo [2004]

escribí un poco para no sentirme tan solo

rebobiné mi cabeza como siempre antes de dormir | intenté escribir una última cosa pero la lapicera estaba afónica

la almohada es un cine personal

hay que respetar los árboles | hacer letras más chicas

hay una fuerza innata en los hombres que es poderosa e inquebrantable y sólo se consigue usándola y sacrificando todo para poder hacerlo ¡que los sueños no se duerman!

cuidado con los que se piensan distintos | cuidado de aquellos que de la creatividad hacen cualquier cosa | cuidado con los que juegan sin hacerse cargo del aburrimiento | cuidado con las obras mentales perfectas que nunca pasan a las manos

cuidado del que nunca tuvo hambre ni frío ni vio que la tinta se acabara a la mitad de la frase

cuidado de los que usan palabras extranjeras | los que adoran dioses de otros cielos | los que quieren imponerte sus deseos | cuidado con los que moldean tus modales

durante el año trabajé en un puesto de flores donde no había nada que hacer más que leer y leer y leer uno dos tres libros por día y escribir alguno que al fin me decidí a editar | cuando creo algo lo hago digan lo que digan

el crepúsculo fue deshaciendo los colores | acampamos en medio del espacio oyendo el fuego que es un instrumento de viento | las llamas lamían nuestras caras

el cielo relampagueaba como si fuera la discoteca del mundo

[en humahuaca disfruté enormemente] el huayra huasi la comunidad anarquista transitoria con su entrada de madera semejante a un castillo donde vivía el escritor prchal

y el fuego se apagó (en realidad el fuego nunca se apaga por el solo hecho que no existe el fuego apagado | se apagan los combustibles)

tipos que ni siquiera pisaron la zona se encargaban de desalojar a los originarios | dijo esto con un enojo pacífico porque sabía que la tierra amaba a él y a sus hijos

salimos a caminar por las playas de piedras | tiramos algunas con la zurda y nos reímos de nuestra torpeza y convinimos en que estaba muy mal que no desarrollemos ambos lados

hombres inofensivamente hostiles

enojado como un cavernícola con dolor de muelas | decidido | con una cadena en la mano | nos preguntó qué estábamos haciendo en el pueblo y sugirió que nos fuéramos o nos rompería la cabeza | sin pararnos lo tranquilizamos en son de paz y conversamos con él remarcándole la mala imagen de presentarse con una cadena frente a dos desconocidos y pidió disculpas y hablamos un buen rato y era más pan que el bueno y le dimos la tuca que apagamos cuando llegó pero no quiso prenderla y la guardó en un papel mal doblado que el tano corrigió y a resguardo en su bolsillo sonrió contento y fue evidente que iría volando a mostrársela a sus amigos

los escritores y las bibliotecas no pueden estar inmóviles | las palabras son palas y brazos | la tinta debe hacer transfusiones de ideas

cuanto más gente menos insensibilidad