ramoneando

El arte de las dedicatorias en las obras literarias

Daniel Gigena

No sólo los que publican libros con dedicatorias impresas trascienden. En libros encontrados por milagro en locales de usados, antes de la dedicatoria de los autores leí muchas veces las dedicatorias que un lector le hacía a otro. El verbo "esperar" estaba casi siempre presente: "Espero que disfrutes este libro como lo disfruté yo". Esa tradición tuvo su apogeo durante años y después, como todo, llegó su decadencia; actualmente, se la practica poco y nada. En estos días, cuando regalamos un libro evitamos escribir a mano frases sentidas o de ocasión con puntos suspensivos o entre signos de exclamación. ¿Y si el que lo recibe quiere cambiarlo por otro libro?

Que el apego a la conveniencia no nos arruine una costumbre encantadora.