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Una de las cartas de la Duquesa

Margaret Cavendish: una mente propia

Publicación de Eterna Cadencia

24-08-2017

Los filósofos y los poetas, asimismo, no solo son los más sabios entre los hombres sino también los más felices, pues se deleitan con un conocimiento vasto, un ingenio supremo, concepciones sutiles, imaginación encantadora y fantasías exóticas, poseyendo todos los deleites de la mente y los placeres del pensamiento, y, al mismo tiempo, son capaces de dominar las pasiones rebeldes y los apetitos insaciables y de ordenar sus mentes de acuerdo con la fortuna; y son felices en cualquier situación, pues llevan la felicidad en su interior, mientras que la felicidad de otros hombres reside en el exterior y la infelicidad en su interior, y sus mentes son como aguas turbulentas en las que el más mínimo accidente suele provocar una tempestad, mientras que las mentes de los poetas y los filósofos son como las estrellas fijas, cuyo movimiento es centelleante; o, más bien, como el sol, cuyo curso es constante y no se altera nunca, y sin embargo se desplaza por el mundo y distingue cada rincón, penetrando en las entrañas de la tierra. Del mismo modo, las mentes solares de los poetas y los filósofos iluminan sus pensamientos; y así como el resto de los planetas recibe la luz del sol, los pensamientos reciben la luz de sus mentes; y al igual que el sol, que posee calor y luz, sus mentes poseen razón y conocimiento; y así como el sol anima a las numerosas criaturas, también sus mentes conciben la diversidad de causas y efectos y crean las diversas visiones; y así como el sol descubre el mundo, y el mundo de las criaturas, sus mentes descubren y exponen la verdad de las cosas.