ramoneando

Cuando escribí la novela conocía el proyecto literario de Proust aunque no lo había leído, o sea esta idea de la recuperación del pasado mediante la escritura. [...] cuando hice la edición final, que se la di a leer a varias personas, lo que más me marcaron fue ese aspecto como algo que entorpecía la lectura. Y a raíz de eso la corregí mucho para sacarle intensidad y lograr lo que a mí me gusta llamar la respiración del texto. Es como que tu mente tiene que respirar a la hora de leer y después de un párrafo demasiado largo se puede quedar sin aire.
– Tito Arrúa