Poco a poco me fui persuadiendo de que la escritura no había sido inventada para aquello que pretendían los adultos, para lo que el habla es suficiente, sino para fijar, más que las ideas para otros, las cosas para uno mismo. Secretos. El día en que esta idea me vino a la mente, fue tal la impresión que me puse a intentar escribir a escondidas, en cualquier cosa: papel, paredes, con una pasión violenta.
... En fin, cuando vuelvo a pensar en eso, solo recuerdo que había empezado a escribir para fijar los “secretos” que hubiera podido olvidar. Y más que para fijarlos, para suscitarlos, para provocar secretos que debieran escribirse.
Por supuesto yo no me planteaba la cosa en estos términos y solo mucho más tarde pude
comprenderlo, mucho más tarde... pero de todos modos estaba persuadido de que había
comenzado a comprenderlo desde una edad muy temprana, tanto que hoy lo creo así.
Todavía creo que pensamos a partir de lo que escribimos y no al revés.
– Louis ARAGON 1969