ramoneando

Ignorancia = Sufrimiento

Siempre pareciera más fácil seguir de largo. Y no necesariamente porque la gente ande tan rápido en la velocidad de traslado, ni tan apurada psicológicamente. Es más bien una cuestión casi física, o espiritual de que las cosas del universo, y también de los laberintos más interiores son funcionales a una cierta inercia.

Si se piensa en las rutas que llegan a la ciudad de Córdoba, las que la atraviesan, la que la circunvala: los autos entran y salen a distintas velocidades, pero no es siempre el centro de la ciudad un lugar para quedarse. Con mucha gente que hace largos trayectos entre ómnibus, bicicleta, y a pie también pasa lo mismo: hay bastante traslado y poca contemplación; eso es más bien para los artistas, los boemios y los marginales.

Algunos caminantes pueden de vez en cuando frenarse a darle de comer a un perro, una paloma, una rata; o quedarse jugando al ajedrez atrás de la Catedral. Y otros excepcionales también vagabundean sin un rumbo fijo o claro porque no hay nada qué hacer o porque se terminó el vino y se va a buscar otro más.

Consideremos el lío que son las calles céntricas sobre todo los días sábado a la mañana. Muchos se liberan de las tareas de trabajo y buscan alguna que otra cosa que necesitan comprar. También están los que se dedican a actividades etéreas entre medio de tanta mezcla terrenal. Pero todo deja su rastro.

Tomemos el caso de Vicente Luy, personaje querido y querible que dejó algunas ideas curiosas antes de irse de este mundo. O lo dijo o lo escribió, este jugador de tenis aficionado que vivía en barrio jardín sugirió que los cordobeses nos deberíamos de dejar de hacer tanta mala sangre con el fútbol y hacer lo más sano y conveniente: juntar todos los equipos locales en uno solo. ¿Pero quién le da importancia a los poetas, no?

Esta personalidad local andaba una vez por la Galería Cinerama charlando con gente conocida. (Nota bene: se trata de un poeta muy respetado dentro de este sub-mundo literario desconocido para la "gente normal"). Llevaba bajo el brazo un par de libros y cuando le preguntaban lo que era hacía el intento de no mencionar mucho sobre las lecturas buscando dar una explicación más o menos en la línea de: no hay que leer demasiado, hay que hacer lo posible por evitar contaminarse.

Contaminación visual es lo que alguno diría que hay cuando se sale caminando del centro y se atiende a la cartelería de las calles. Uno no puede dejar de pensar si combinan en algo lo colonial con tanto comercio, sobretodo por la diferencia de información que salta a la vista. Si se quiere dar con la empresa Arcos Dorados Inc. se puede encontrar cualquiera de estos desde un par de cuadras de distancia. En cambio con los rastros de poetas es mucho más difícil. Pero sobre la calle Ituzaingó reza un poema del fallecido poeta Luy: Ignorancia = Sufrimiento.

Una regla de las ecuaciones matemáticas establece que ambas partes de una igualdad tienen igual peso. Y que además entre un lado y otro que separa el signo "=" podría pensarse en términos de flecha direccional, en cualquiera de los sentidos. O sea, ¿qué viene primero, la ignorancia o el sufrimiento? No sabemos todavía. Pero ambas duelen. No pasemos tanto de largo.

¿Una persiana más? ¿Intervención de un lector vuelto grafitero?