ramoneando

Acrobacia/Burocracia

Más de un siglo después de que Domingo F. Sarmiento se despida de este mundo nos deja varios legados. La educación universal, laica y gratuita es quizás la más conocida. En Córdoba se lo homenajeó a escala urbana. Un legado en el espacio de la ciudad: lugar importante y grande, aunque nadie se ponga a pensar en eso seguido.

¿Por qué la gente visita a diario, todo el año, el Parque Sarmiento? Simplemente tal vez porque es el espacio verde más amplio de la ciudad. Corren chicas y chicos, se llenan las heladerías, pancherías, y los varios carros: de choripán, churros y algodón de azúcar. Además el parque da para hacer actividades bastante dispares: por el centro de la Avenida del Dante las parejas y "tiroteos", en las calesitas los chicos, en el llano el fútbol, en la pista de skate los suyos, de noche en las partes más oscuras el trabajo más viejo del mundo. Todos paseando por diferentes circuitos: ¿cuál es la necesidad humana de dar tantas vueltas? (como un pollo al spiedo, o como una rata de laboratorio). Quizás moverse sea una forma de búsqueda espiritual, o encuentro social.

Si se pone uno a pensar en toda esta gente agradecemos a Miguel Crisol que le pidió, en 1889, al urbanista francés Charles Thays que hiciera esta obra descomunal. Obra que vive con mucha presencia hasta hoy. Todavía hay igualmente algunos huecos en esta maravilla urbana. Huecos literales con piedras, vidrios rotos y otros escombros: como los que están en la parte más baja del parque (Bajada Pucará), que se ve desde el Dante, donde hay una vista impresionante hacia el horizonte noreste. Un paseante de los tantos tropesará (se humillará por al menos unos segundos, y seguirá) y sangrará. Esperemos que alguien pueda hacer algo sobre esto hoy, para seguir el legado de tanto tiempo.

Algunos graffitis también atestiguan formas de marcar el territorio y señalar esas faltas sistemáticas, llorando/despreciando la sociedad encarnada en personas que representan lo monolítico, inmóvil y frío. Enfrente al zoológico, sobre la pared de ladrillo visto, con spray negro dice cada vez más borroso: La eterna acrobacia del burócrata merece un accidente. También hoy puede ser más visible otro tipo de graffiti, sobre la misma pared, de color menos tenue y no tan envejecido. En mayúsculas, se escribe con más inocencia y de buen humor: CHINO Y OJUDA. En todos los casos, desde el arte urbano hasta los vendedores de pochoclo, el ocasional meditador zen, y los próceres históricos, la intención de fondo sería la de buscar la manera de convivir en este grato espacio.